Si tu Instinto te Pide Dormir con tu Bebé, Hablemos de Colecho sin Miedos ni Culpas.
Si pudiera retroceder en el tiempo, hay algo que le diría a gritos a mi yo del pasado, a esa madre primeriza llena de dudas y miedos: Atrévete a dormir con tu bebé desde el día uno. Sin remordimientos. Sin escuchar opiniones no pedidas. Y, sobre todo, disfrútalo con toda tu alma, porque esta etapa tan divina pasa demasiado rápido.
Ese es el consejo no pedido que le daría hoy a cualquier amiga embarazada o a una mamá reciente que en el fondo de su corazón quiere hacerlo, pero se siente juzgada. Porque el instinto te lo pide a gritos, tu cuerpo cansado te lo suplica, y aun así, el ruido de fuera a veces es demasiado fuerte.
Este no es un artículo para convencerte de que hagas colecho si no quieres. Es un artículo para darte permiso, para darte la fuerza y la información que necesitas si quieres hacerlo, porque es tu bebé, es tu cuerpo y es tu decisión.
Hablemos de lo que de verdad significa dormir con tu bebé.
Más allá del debate, hay una realidad innegable que viven miles de familias cada noche. El colecho, o simplemente dormir con tu bebé, tiene unos beneficios que van mucho más allá de la simple comodidad.
- Facilita el sueño de TODOS: Sí, en mayúsculas. Cuando el bebé está cerca, las tomas nocturnas (sean de pecho o de biberón) son más rápidas y tranquilas. No hay que desvelarse por completo, ni encender luces, ni hacer un peregrinaje por el pasillo. La madre descansa más, el bebé se vuelve a dormir antes, y la pareja también lo agradece.
- Fortalece el apego de una forma increíble: El contacto piel con piel, sentir su respiración, su calor... todo eso regula al bebé y crea un vínculo seguro y profundo. Me atrevo a decir que esa sensación de acurrucarse con tu peque es más un regalo para nosotros que para ellos.
- Es alimento para el alma: Para una madre agotada, sentir a su bebé dormir plácidamente a su lado es la recompensa a todo ese trabajo que hacemos y que nadie ve: las preocupaciones, la carga mental, las horas de mecerle en brazos... Además, está demostrado que este contacto cercano ayuda a regular el sistema hormonal de la madre, siendo un factor de protección frente a la depresión posparto.
Ese olor inconfundible a bebé, esa maraña de piececitos y manitas que buscas por la noche... es una sensación que tiene fecha de caducidad. Disfrutar de esa cercanía mientras dure es uno de los grandes regalos de la crianza.
Pero, ¿es seguro? Hablemos de colecho con responsabilidad.
Esta es la parte más importante. Vamos a la pregunta que más miedo genera: ¿Aumenta el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL)? La respuesta, según numerosos estudios, es que compartir la cama no aumenta el riesgo por sí mismo; el problema está en no cumplir con las recomendaciones para un colecho seguro. De hecho, se ha observado que, a partir de los tres meses de edad y junto a la lactancia materna, el colecho seguro puede ser un factor protector contra el SMSL.
Para que sea una práctica segura, las siguientes reglas son innegociables:
- La superficie debe ser firme y libre de obstáculos. Esto significa un colchón duro, sin almohadones, cojines, peluches ni edredones o mantas pesadas cerca del bebé. El bebé debe dormir siempre boca arriba.
- Los adultos no deben fumar. El tabaquismo es uno de los mayores factores de riesgo.
- No se puede consumir alcohol, drogas, ni medicamentos sedantes, y se debe evitar también si se está en un estado de agotamiento extremo. La capacidad de reacción de un adulto debe estar al 100%.
- No se debe practicar colecho si alguno de los padres tiene obesidad, por el riesgo de aplastamiento o de crear hundimientos en el colchón.
- No abrigar en exceso al bebé. El sobrecalentamiento es un factor de riesgo.
- Solo los padres en la cama. No deben dormir en la misma superficie otros hermanos o mascotas cuando el bebé es muy pequeño.
- Nunca en sofás o sillones. El riesgo de que el bebé caiga o quede atrapado en un hueco es altísimo.
Para muchas familias, la solución que da la máxima tranquilidad es usar una cuna de colecho. Es lo mejor de los dos mundos: tienes a tu bebé a tu lado, a tu misma altura, puedes tocarle y atenderle sin levantarte, pero él permanece en su propio espacio seguro, eliminando muchos de los riesgos.
Cómo construir tu muralla emocional contra las opiniones no pedidas.
Aquí viene la parte más difícil. Porque no sé qué pasa con una parte de la humanidad que, apenas ve a una madre dormir con su bebé, se siente con el derecho de juzgar, criticar y sembrar miedos sin fundamento.
Así que, además de la seguridad física, necesitas protegerte emocionalmente.
- Confía en tu instinto: Si tu cuerpo te lo pide, si sientes que es lo mejor para ti y tu bebé, esa es la única opinión que cuenta.
- Habla con tu pareja: Es fundamental que estéis alineados. El colecho es una decisión de equipo.
- Sé fuerte y valiente: Prepárate para sonreír y decir gracias por tu consejo, pero nosotros hemos decidido hacerlo así. No tienes que dar más explicaciones.
Dormir con tus hijos aún es un tabú para algunos, pero si tu instinto te lo pide, hazlo. Y hazlo con seguridad.
No vas a malcriar a tu bebé por darle el calor y la seguridad que necesita. El tiempo de acurrucarse pasa volando. Si quieres hacerlo, no te pierdas ese regalo de la vida.