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Día de la Salud Mental: Por qué cuidar tu mente es el mayor acto de amor hacia tu bebé.

Día de la Salud Mental: Por qué cuidar tu mente es el mayor acto de amor hacia tu bebé.
Este Día de la Salud Mental, hablamos de la gran olvidada: la salud mental materna. Sentirte vulnerable en el posparto es normal, pero no tienes por qué pasarlo sola. Te contamos por qué cuidar tu mente es el mayor acto de amor y te damos herramientas prácticas para encontrar tu bienestar en esta etapa.

Día de la Salud Mental: Por qué cuidar tu mente es el mayor acto de amor hacia tu bebé.

Cada 10 de octubre, el mundo habla del Día de la Salud Mental. Y este año, el lema que enmarca la campaña en España es un abrazo en sí mismo: “Compartimos vulnerabilidad, defendemos nuestra salud mental”. Al leerlo, es imposible no pensar en la etapa más vulnerable y transformadora en la vida de una mujer: la maternidad.

Quizás estás leyendo esto en la penumbra de la habitación, con tu bebé dormido sobre tu pecho, aprovechando uno de los pocos momentos de calma del día. Quizás te sientas sola, exhausta y te preguntes si lo estás haciendo bien. 

Porque si hay un momento en el que compartimos vulnerabilidad, es ese. Y si hay un momento en el que defender nuestra salud mental es fundamental, también es ese. Hablar de ello no es hablar de algo ajeno. Es hablar del pilar que sostiene a toda una familia. Porque para poder cuidar, primero tenemos que cuidarnos. Y ese, y no otro, es el mayor acto de amor que puedes hacer por tu bebé.


Sentirse vulnerable en la maternidad es el secreto que nadie se atreve a contar.

Cuando nace tu bebé, el mundo se transforma. Y tú también. Pero nadie te prepara para la otra cara de esa inmensa felicidad: la vulnerabilidad extrema. Y no es tu culpa sentirla, es que la maternidad es una tormenta perfecta de factores. Son los cambios físicos y hormonales que te dejan irreconocible, la fatiga y la falta de sueño que nunca antes habías conocido, y a menudo, una soledad inesperada.

Los psicólogos perinatales lo llaman "matrescencia": el proceso de convertirte en madre. Es una transición tan intensa como la adolescencia, y como en toda gran transición, hay una parte de duelo. Duele la mujer que eras, la libertad, el tiempo propio. Reconocer y permitirse sentir esa nostalgia no te hace una mala madre; te hace una madre honesta que está atravesando el cambio más grande de su vida.


Aprender a reconocer las señales para saber que no es Normal estar un poco triste.

Es vital que aprendamos a diferenciar. Una cosa es el "baby blues", esa melancolía de los primeros días que suele desaparecer sola. Pero otra muy distinta es la depresión posparto (DPP) o la ansiedad perinatal. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la depresión posparto como un trastorno grave que requiere apoyo y tratamiento.

Señales a las que prestar atención:

Hay algunas señales de alarma que no debemos ignorar. No se trata de auto diagnosticarse, sino de ser conscientes y pedir ayuda si algo no va bien:

- Una tristeza que se vuelve persistente y la falta de interés en cosas que antes disfrutabas.

- Llanto muy frecuente, irritabilidad constante o un sentimiento de culpa abrumador.

- Una dejadez en el aseo personal o cambios drásticos en el peso.

- Dificultad para concentrarse o una sensación de desesperanza.


Defender tu salud mental se basa en pequeños actos de supervivencia cotidiana.

Defender tu salud mental no significa hacer grandes gestos heroicos. Significa tejer una red de pequeños actos de autocuidado que te sostengan en el día a día. Se trata de encontrar tus "micro-momentos" de calma y simplificar tu entorno para reducir la ansiedad.

A veces, la clave está en buscar soluciones que te regalen minutos de descanso. Invertir en una cuna de colecho no es solo comprar un mueble; es comprar noches un poco más fáciles y la tranquilidad de tener a tu bebé cerca y seguro. Menos paseos por la casa a oscuras, más descanso para ti.

Además de simplificar, es importante:

- Verbalizar lo que sientes: Habla, escribe, comparte. Ponerle palabras al caos que sientes por dentro le quita poder.

- Pedir ayuda sin rodeos: "Necesito que te quedes con el bebé para poder ducharme tranquila". Pedir ayuda no te hace más débil, te hace más inteligente y te enseña a construir un equipo con tu pareja y tu entorno.

- Buscar tu red de apoyo: El apoyo social es fundamental. Busca respaldo en tu pareja, familiares y amigos. Es vital que tu entorno te escuche sin juzgar.


Suelta la culpa: No necesitas ser una madre perfecta.

Hay un concepto maravilloso en psicología, el de la "madre suficientemente buena". No la madre perfecta, no la súper mamá que llega a todo. La madre "suficientemente buena".

Tu bebé no necesita que la casa esté impecable, ni que sigas un plan de estimulación temprana al pie de la letra. Tu bebé te necesita a ti. Te necesita tranquila, presente y queriéndote. Necesita que te perdones en los días malos y que celebres las pequeñas victorias. Necesita una madre real, con sus luces y sus sombras. Porque al aprender a quererte tú en tu imperfección, le estás enseñando a él la lección de amor más importante de todas.


Cuidar la salud mental de una madre no es un acto individual, es una inversión en el futuro. Es fundamental para el desarrollo y el crecimiento de los hijos. Cuidar de ti no solo fortalece a tu familia, sino que contribuye a una sociedad más sana y compasiva.

Este 10 de octubre, y todos los días, recuerda: compartir tu vulnerabilidad te hace fuerte. Cuidar de tu salud mental es cuidar el corazón de tu familia. Y tú, mamá, lo estás haciendo increíble.

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