Tu Vaso Vacío: Por Qué Cuidarte a Ti es lo Primero para Cuidar de tu Bebé.
Hay una frase que resuena en el posparto: Duerme cuando el bebé duerma. Pero nadie te habla de comer cuando el bebé come, ducharte cuando el bebé se ducha o, simplemente, existir cuando el bebé existe. La realidad es que la maternidad te absorbe de tal manera que tu propio vaso empieza a vaciarse gota a gota, hasta que un día te das cuenta de que no te queda nada para dar.
Y entonces, te sientes culpable. Culpable por estar agotada, por no tener paciencia, por no ser esa madre sonriente y todopoderosa que ves en las redes sociales. Pero la verdad es que una madre que ha llegado a sus límites no es la que su bebé necesita.
Este blog no es para añadirte más presión. Al contrario. Es para darte permiso. Permiso para volver a llenarte, para ponerte a ti en la lista de prioridades, porque tu bienestar es el motor que mueve a tu familia.
La Realidad del Agotamiento Materno (y no, no estás exagerando).
Seamos honestas. El agotamiento materno, o "burnout", no es un simple cansancio. Es una sensación de estar superada a todos los niveles: físico, mental y emocional. Es sentir que has perdido tu propia identidad para convertirte solo en mamá. Es la carga mental de planificar, organizar y preocuparte por todo y por todos, 24 horas al día.
Te sonará esta situación: tu bebé necesita atención constante, y tú tienes que evitar que se haga daño mil veces al día, pero sientes que no te queda ni una gota de energía. Te pide brazos cuando tu espalda está a punto de romperse. Llora y necesita tu calma, pero por dentro tú eres un nudo de nervios.
Si tú no estás bien, es increíblemente difícil hacer que tu bebé esté bien.
Y te lo digo desde la más profunda sinceridad. He sentido esa tristeza que no se va, esa sensación de no ser suficiente para mis hijos. He conocido de cerca la sombra de la depresión posparto. Pero también he aprendido que pedir ayuda y buscar herramientas para salir a flote es el mayor acto de amor que podemos hacer por ellos y por nosotras mismas.
No se trata de encontrar soluciones mágicas, sino de dar pequeños pasos para volver a conectar contigo.
Un Punto de Partida: Tu Brújula Personal.
Un ejercicio que a mí me ayudó enormemente, y que te propongo hoy, es el de crear tu propia brújula para navegar estos momentos. Es tan simple como coger papel y lápiz.
1- Tu Depósito de Alegría: Anota en una lista todo aquello que, por pequeño que sea, te recarga las pilas. No pienses en grandes viajes, sino en micro-momentos de felicidad: un café caliente bebido con calma de principio a fin, escuchar ESE podcast de 5 minutos mientras tiendes la ropa, poner esa canción de tu adolescencia a todo volumen y bailar en el salón, comer un trozo de chocolate sin compartirlo. Recorta cada ítem, mételo en un tarro y, cuando sientas que no puedes más, saca un papelito. Y hazlo. Sin excusas.
2- Los Ladrones de Energía: En otra hoja, escribe qué situaciones o tareas te están drenando más. Luego, divide las: ¿Qué puedes controlar y qué no?.
- Lo que puedes controlar: Intenta buscar soluciones, por pequeñas que sean. A veces, para mí, era tan simple como reducir el estrés de salir a la calle. Me di cuenta de que tener todo lo imprescindible a mano en un organizador para el carrito me quitaba una carga mental enorme. Saber dónde estaban las llaves, el móvil y las toallitas sin tener que rebuscar en un bolso gigante era una pequeña victoria que me cambiaba el humor del día.
- Lo que no puedes controlar: Acéptalo. Suéltalo. Sé que es la parte más difícil, un trabajo muy profundo, pero te prometo que te liberará.
La Importancia de la Tribu.
A veces, con estas listas no es suficiente. El aislamiento es uno de los grandes enemigos del posparto. Buscar tu tribu es fundamental. Hablar con otras madres que están pasando por lo mismo, sin filtros, sin juicios, te hace darte cuenta de que lo que sientes es normal. Si sientes que la tristeza o la apatía pesan demasiado, buscar ayuda profesional es el mayor acto de amor propio que puedes hacer. Hablar con un psicólogo perinatal o buscar grupos de apoyo en tu zona puede marcar un antes y un después.
Tu Felicidad es su Felicidad.
Tu bebé no necesita una madre perfecta que pueda con todo. Necesita una madre que sea suficientemente buena, que se cuide y que, al hacerlo, pueda ofrecerle su mejor versión. Llenar tu propio vaso no es egoísmo, es una responsabilidad. Y es el primer paso para disfrutar de verdad de esta increíble aventura. En babyTop compartimos esa misma filosofía.